miércoles, 20 de enero de 2010

A Fate lo único que le importaba era que fuese viernes. Sabía de antemano que de lunes a jueves no tendría nada que hacer. Nada que quisiera hacer. El viernes podría manipular una situación que le permitiese verla. Rosa Amalfitano era quizás muy tímida, pero esa sonrisa, esa gracia, esa delicadeza, lo dejaba suspirando por tenerla. Ella hablaba muy poco y él necesitaba oírla.