jueves, 8 de octubre de 2009

subterránea

   
quiero mi mardou
para quien el mundo no es suficiente
y se emborracha y todo eso
en busca de un hálito de vida

no sabe si revolcarse por las calles
o si quiere tener sueños
sabe que el tiempo se consume
y poco le importa más

no cree en historias fantásticas
ni se inventa otros consuelos
es presa de la asfixiante realidad 
y quiere que sea yo su carcelero

y si en algún momento
decide ser prófuga de todo lo real
ruego que me pida la acompañe
pero mardou es independiente

domingo, 4 de octubre de 2009

todos espectadores
viendo, riendo, bailando
todos otros
callando, gritando, murmurando

más espectador que nadie
viendo callando
a los riendo bailando
me canso de esperar

Desinterés Creciente

Quizás la haya cagado en estas vacaciones. Uno de mis fines últimos era pasarla bien toda la noche ebrio para llegar al amanecer y luego dormir. Era feliz cuando salía el sol, aunque pocos minutos después se pusiera muy caliente y se tornara insoportable. Pero parece que ya no me importa ver el alba, ni me interesa demasiado estar borracho. 

El viernes era el bautizo de una editorial nueva caraqueña que promete publicar propuestas interesantes de autores emergentes. Era en un lugar agradable con vino gratis y no quería ir solo. Hablé con distintas potenciales acompañantes y lo mejor que obtuve fue un embarque a último minuto. Para fortuna de mi autoestima no invité a muchas, primero solo que con cualquiera. Fui solo esperando encontrarme a un par de personas por lo menos. No me encontré a nadie -nadie que quisiera saludar-. Aproveché el vino tres copas y me compré uno de los libros. Lo mejor -o lo único bueno para mi, aparte del vino- fue el speech del autor del libro que compré: un discurso totalmente irreverente y políticamente incorrecto, y aún así bastante elocuente. Estoy seguro que al menos alguien se ofendió, otros cuantos se sonrojaron, otros nos cagamos de la risa y quizás alguno se excitó.

Luego fui a una fiesta de amigos del colegio, y para sorpresa de todos nosotros, habían mujeres, y bastantes. Seguí tomando y no pasó mucho tiempo hasta que me rasqué. Hablé por aquí con una chica linda, saludé a un montón de gente que no me importa, compartí un rato con gente que si, lancé hielos a amigos y me reí, y una chica que no conocía me buscaba mientras me decía que era un huevón (la acompañé un rato porque temía que en cualquier momento se iba a desmayar de la ebriedad). Eran las 2 y ya estaba aburrido. Me despido de uno de mis mejores amigos cuando me dice: ¿por qué te vas?, y mi respuesta más honesta fue: "porque en verdad no la estoy pasando tan bien". Ni él ni yo entendimos porque no la estaba pasando tan bien. Había mucho alcohol, muchas chicas, unos cuantos amigos, y preferí irme a casa.