lunes, 19 de abril de 2010
una sonrisa no le bastaba. para enamorarse, claro que le bastaba, una sonrisa basta para enamorar a cualquiera, de eso no cabe duda, pero la sonrisa de Rosa y su mirada pícara lo tenían en tres y dos, y Fate correspondía, iniciando así una suerte de pelea donde las armas eran sonrisas y miradas, miradas y sonrisas, algún comentario que los permitiese seguir mostrándose alegres y soltando sus sonrisas y miradas, sus miradas y sonrisas, que no era otra cosa que su manera de decir que se deseaban, pero esto no le bastaba del todo, me puedo enamorar de casi cualquier otra, pensaba, y no terminaba de decidir si besarla o irse.
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